España pondrá fin a los «visados dorados» para expatriados.

España se ha unido a otros países de la Unión Europea en anunciar el fin de su llamado «visado dorado», que ha atraído a inversores extranjeros adinerados, incluidos británicos, pero ha agravado un mercado inmobiliario sobrecalentado.

El programa ofrecía a inversores no comunitarios un permiso de trabajo y residencia de tres años a cambio de invertir al menos 500.000 euros en propiedades o empresas españolas.

Pero Pedro Sánchez, el primer ministro socialista que depende del apoyo de partidos de extrema izquierda y separatistas, anunció que pondría fin al programa durante una visita a Sevilla.

La decisión permitirá al gobierno luchar contra la «inversión especulativa» en propiedades, que impide que «muchos jóvenes y familias» accedan a la vivienda, dijo, agregando: «Tomaremos las medidas necesarias para garantizar que la vivienda sea un derecho y no solo un negocio especulativo».

España introdujo el programa en 2013 cuando la economía estaba en dificultades y el país quería atraer capital extranjero. Portugal e Irlanda eliminaron programas similares el año pasado: los tres países han sufrido anteriormente la explosión de burbujas inmobiliarias.

En la última década, muchos inversores chinos y rusos han obtenido visas doradas. La Comisión Europea ha criticado los programas, citando preocupaciones de seguridad, así como lavado de dinero y evasión fiscal.

Según datos obtenidos por el periódico en línea El Confidencial, 185 británicos han obtenido visas doradas desde que el Brexit entró en vigor en 2021. No está claro si las restricciones de Sánchez se aplicarán solo en las principales ciudades, donde la competencia por la vivienda es más acusada. Pero los cambios propuestos pueden limitar las opciones para aquellos que deseen unirse a los más de 300.000 ciudadanos británicos que ya viven en España.

«Hoy en día, 94 de cada cien visados de este tipo están vinculados a inversiones inmobiliarias que se concentran en grandes ciudades», dijo Sánchez, causando «mucha tensión en el mercado de la vivienda, lo que hace casi imposible para aquellos que viven, trabajan y pagan impuestos allí encontrar una vivienda decente».

Agregó: «Este no es el modelo de país que necesitamos, uno de inversión especulativa en vivienda, porque es un modelo que nos lleva al desastre y, sobre todo, a la desigualdad lacerante».

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, portavoz del partido de extrema izquierda Sumar, calificó las visas como «una desgracia europea. No se puede otorgar a alguien un permiso de residencia solo porque sea millonario».

El año pasado, las visas doradas facilitaron la compra de 635 viviendas por valor de más de 500.000 euros hasta el 8 de noviembre, según el sitio web de noticias The Objective.

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